Estaba iniciando bachillerato
cuando me enteré que el cura párroco de la U. Nacional de Colombia, había
resuelto irse al monte para luchar por una ideas que de acuerdo a su Teología
religiosa no se aplicaban en nuestro país, luego al transcurrir de los años se
observa muchos compatriotas que a cambio de nada económico lideraban luchas
estudiantiles o gremiales y muchos de ellos terminaron abatidos por los
defensores de quienes nunca quisieron que sus intereses fueran sometidos a
discusión, procesos u otros alternativas diferentes a crear capital para seguir
dominando a sus semejantes. Aún recuerdo aquella noche que mi padre estaba muy
triste porque perdía su gran candidato conservador y aún muy joven, no con
mucha claridad, observe que al siguiente día, mi padre nuevamente estaba feliz
porque en el transcurrir de la noche sucedieron cosas que cambiaron de pronto
el destino de Colombia. Muchos de los que realmente quedaron tristes porque no
ganó su candidato en aquella oportunidad decidieron también irse al monte
porque convencidos que por las urnas no llegarían a encontrar muchas
alternativas para mejorar estados de vida. Veinte años después aquellos
desertores de la vida normal, que habían decidido irse a buscar por otros
caminos una solución a la desigualdad, regresaron y con el apoyo popular
llegaron en número superior a los
partidos tradicionales a la conformación de la Constituyente del 91. Recuerdo
aquellos gritos de muchos dirigentes de la época y titulares de muchos
periódicos donde hablaban del atraso de nuestro país al tener en la mesa de
discusión del cambio de la patria, de la renovación de las leyes a exguerrilleros.
Años después hemos observado muchos cambios positivos a los derechos del
ciudadano colombiano, antes los gobiernos apoyados en las fuerzas armadas eran la única respuesta a
los gritos de protesta que se escuchaban, la tutela fue un nuevo instrumento
que creo ha sido un elemento ahora fundamental para la defensa de los derechos.
Ahora con elecciones populares, es un gran ejercicio leer todas las promesas de
los candidatos, siempre encuentran la satisfacción del ciudadano que en su
escrito elegante prometen entregarle la solución que años atrás han buscado y
nunca ha llegado.
He leído con detenimiento los
seis puntos, anexos y protocolos que componen el acuerdo final para la
terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera,
igualmente hay innumerables aspectos que siempre como muchos compatriotas hemos
soñado para nuestros hijos, hermanos y en general para las generaciones
futuras. Y no continuar heredando armas, violencia y corrupción.
Prefiero creer a que es posible
lograr en el proceso estos cambios y no negarme a darnos esta oportunidad para
nuestra generación que por un lado hemos visto morir a muchos dirigentes por
protestar , nuestra generación de los años 50 a la fecha hemos visto demasiada
violencia por un lado y por el otro; mucha corrupción, hay demasiados ex
gobernantes y políticos en cárceles de Colombia y en el exterior; han sido innumerables entidades del estado que han sido asaltados por ladrones de cuello
blanco; hay innumerables obras que aparecen construidas y es mentira; Obras que
por ganar más $, mueren compatriotas por mal ejecutadas; hay una cadena de sucesos,
similar a una trocha larga y angosta como la mayoría de vías en nuestro país, con huecos e interrupciones que dejan
al descubierto el desorden social, político, administrativo que vive nuestro país.
Entonces porque no darnos ahora la oportunidad e igualmente creer que en esta
ocasión si se darán las cosas, por mal que nos vaya no será peor a como hemos
vivido.
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